Este es el primer y más emocionante paso. Ya sea que busques en portales inmobiliarios, con un agente o por recomendación, lo importante es que encuentres ese espacio que necesitas. Nuestro proceso comienza una vez que lo hayas encontrado.
Realiza el trámite de alquiler directamente con el propietario o la inmobiliaria.
Una vez aprobado el contrato, nos entregas tu depósito en garantía. A partir de ese momento, lo ponemos a trabajar de forma segura para que genere rendimientos.
Antes de que recibas las llaves, nuestro equipo realiza una inspección detallada del inmueble, documentando su estado para tu total transparencia y seguridad.
Mientras vives en tu nuevo hogar, tu depósito está creciendo y ganando valor.
Si decides renovar tu contrato, los rendimientos que generó tu depósito te ayudarán a cubrir la actualización de la garantía, evitando que tengas que desembolsar más dinero.
Si decides no renovar, realizamos una segunda revisión para comparar el estado actual del inmueble con el informe inicial.
Con base en ambas revisiones, expedimos un dictamen imparcial que define las responsabilidades de manera clara, asegurando un proceso justo para ti y el propietario.
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